Conceptos representativos para entender el análisis Social

Los seres humanos tenemos la necesidad de ordenar lo que nos rodea. Por ejemplo, ordenar por relevancia tus actividades cotidianas, tu ropa favorita, los cuadernos por horarios de clase, etc. El establecimiento de jerarquías de lo que nos rodea es lo que permite tener control de nuestra cotidianeidad  y entenderla. 

Así, ante la complejización de las sociedades fue necesario jerarquizarlas. Por ejemplo, para Platón fue importante jerarquizar a la sociedad mediante la educación que reciben las personas. Cuando se refiere a la República, dice que hay tres niveles en la pirámide social: la de oro, la de plata y la de bronce, donde la de oro es la superior y la pequeña porque la única que recibe la educación de la filosofía.

La estratificación es un concepto que tiene origen en la Estratigrafía, que es una disciplina de la Geología. La estratificación se utiliza para analizar la antigüedad de la Tierra por medio de sus capas o sedimentos. 

Estratos en Hidalgo. Imagen de Abraham Zakik, Wikimedia commons.

En la imagen puedes observar que ese fragmento de montaña está compuesto por capas que corresponden a las líneas horizontales. Esas capas son sedimentos que indican la antigüedad de la montaña. Las capas o sedimentos inferiores soportan a los superiores y, entre más capas, es más alta la montaña. Es decir, los sedimentos hacen que la montaña crezca verticalmente. 

En la Sociología, se utiliza el concepto de estratificación no para analizar las capas terrestres sino las capas sociales:

 “La teoría de la estratificación, en términos generales se trata de una perspectiva que destaca la diferencia vertical entre los individuos. Sostiene que a partir de ciertos factores -el más importantes de los cuales es el status– la sociedad se organiza naturalmente de manera jerarquizada y piramidal. Así, en el nivel más bajo (estrato inferior) de la pirámide social estarían las personas con menores ingresos y escasa educación, ocupadas tal vez en labores manuales y poco estimuladas. La pirámide continúa en forma ascendente hasta llegar al estrato superior, integrado por individuos con estudios superiores, altos ingresos y ocupaciones privilegiadas” (Puga, Peschard y Castro, 2007, p. 44). 

Entonces, esta teoría ha sido importante para entender la jerarquización que se realiza en las sociedades desde la antigüedad hasta nuestros días. Las capas o estratos de la sociedad nos hablan de lo que se valora en la misma, es decir, si en una sociedad se valora el nivel educativo, las personas que tengan mayor nivel probablemente estén en la cima de la pirámide. En cambio, si lo que se valora es el ingreso económico, las personas que ganen más estarán en el estrato superior. 

Status y movilidad social

Derivado de lo que una sociedad valore, las personas tendrán mayor o menor status. El status es el reconocimiento que una persona tiene en la sociedad, y éste puede ser adquirido o heredado. Por ejemplo, alguien que nazca en una sociedad donde el ingreso económico sea valorado, tendrá un reconocimiento social heredado por medio de su familia. Cuando una persona lo adquiere es cuando se mueve de un estrato a otro para obtenerlo. Por ejemplo, en una sociedad que valore la educación, una persona tendría que alcanzar el máximo nivel educativo para adquirir el reconocimiento social, aunque provenga de un estrato bajo. Para alcanzarlo es necesario que exista la movilidad social. 

La movilidad social se refiere a las oportunidades que hay en una sociedad para pasar de un estrato a otro. Esta movilidad social puede ser horizontal o vertical. “La horizontal se refiere a los cambios que se producen a lo largo de un mismo estrato (…) la movilidad vertical se refiere, como ya hemos dicho, al paso de un estrato al otro, y puede ser ascendente o descendente” (Puga, Peschard y Castro, 2007, p. 47). 

A continuación vamos a revisar un cómic que nos va a ayudar a entender la movilidad social y el status. 

:https://drive.google.com/file/d/1fhStypQlU9OKv8gudknAiDnrjktqJae6/view?usp=sharing

En el cómic que observaste, el gatito blanco al que llamaremos “Nieve” se alegra porque su humana tiene un empleo nuevo, en una gran empresa donde reconocerán su trabajo. Además de que se entiende que tendrá un mejor sueldo porque le comprará croquetas más deliciosas. 

En este caso, la movilidad horizontal es la obtención del empleo en una empresa con más prestigio que la anterior. Por eso Nieve dice que a su humana le reconocerá su trabajo una gran empresa. El status de su humana va a aumentar por el efecto del prestigio que significa trabajar en esa empresa. 

La movilidad vertical está dada por un mejor salario que le ayudará a pasar de un estrato a otro, es decir, si la humana de Nieve era de clase baja, ahora podría ascender a la clase media con su nuevo sueldo. Esto también incide en el status social en la medida en que Nieve y su humana vivan en una sociedad que valore el ingreso económico.

Clases sociales

Las clases sociales, diría Carlos Marx, muestran las diferencias irreconciliables de las sociedades. ¿Por qué son irreconciliables? La teoría marxista postula la lucha que se da, básicamente, entre dos clases sociales opuestas: la burguesía y el proletariado. La burguesía es la dueña de los medios de producción (maquinaria, fábricas, terrenos, empresas, materia prima, etc.) y el proletariado lo constituyen los trabajadores, quienes no tienen bienes materiales y entonces venden su trabajo para sobrevivir. En la visión marxista, las diferencias entre estas clases son irreconciliables porque siempre son antagónicas debido a la desigualdad que deriva del surgimiento antinatural de la propiedad privada y de los privilegios que los burgueses tienen a costa del trabajo proletario. 

Carlos Marx determina que la lucha de clases es un elemento relevante para entender la historia de la humanidad y la separación de la sociedad en clases nos remite a su organización que está relacionada con el proceso de producción que se lleva a cabo. Al proceso de producción lo entendemos como la manera de transformar la naturaleza en insumos para el consumo humano. En este proceso productivo, cada clase social tiene un trabajo específico. 

Lenin, en sus escritos acerca del marxismo, define las clases sociales como:

“Las clases son grandes grupos de hombres que se diferencian entre sí por el lugar que ocupan en un sistema de producción social históricamente determinado, por las relaciones en que se encuentran con respecto a los medios de producción, por el papel que desempeñan en la organización social del trabajo y, consiguientemente, por el modo y la proporción en que perciben la parte de la riqueza social de que disponen. Las clases son grupos humanos, uno de los cuales puede apropiarse del trabajo de otro, por ocupar puestos diferentes en un régimen determinado en economía social”  (Puga, Peschard y Castro, 2007, p. 47-48). 

Atendiendo esta definición, las sociedades contemporáneas están divididas, básicamente, en tres clases: alta, media y baja. Esta división, como ocurrió en la antigüedad, también toma forma de una pirámide como en la imagen que observas.

Clasificación de las sociedades: elaboración propia.

El motivo por el cual la división de clases puede interpretarse de esta forma piramidal es que los que acumulan la riqueza (o los medios de producción en términos marxistas) siguen siendo pocos en comparación a la fuerza laboral que está compuesta por la mayor parte de la población con el sueldo mínimo o bajo. 

En cuanto a la clase media, la constituyen trabajadores cuyo nivel económico es medio: no ganan el sueldo mínimo y tampoco poseen la riqueza de la clase alta. En países con alta desigualdad económica, está clase resulta más perjudicada ya que tiende a desaparecer debido a que la distribución de la riqueza no es la adecuada, es decir, los miembros de la clase media pueden descender a la clase baja por fallas en la distribución de la riqueza. 

Las clases sociales pueden estar relacionadas con el nivel educativo ya que es un elemento que permite la movilidad social. En sociedades en las que es valorada la educación, entre mayor nivel educativo tenga una persona, es probable que esa preparación se vea reflejada en movilidad social ascendente. Por ejemplo, pasar de clase baja a clase media.  

Instituciones sociales

Las instituciones sociales son convenciones duraderas y estables que ayudan a la organización de las sociedades. Las convenciones refieren a acuerdos entre las personas miembros de una sociedad que conllevan a normas aceptadas y establecidas para procurar una óptima convivencia humana.

Una característica propia de las instituciones sociales es la permanencia en el tiempo, es decir, las instituciones sociales trascienden a sus fundadores y se adaptan a los cambios sociales. 

Uno de los mejores ejemplos de institución social es la familia debido a que es el núcleo de la sociedad. La familia es un grupo social primario que constituye una institución social porque coadyuva a la organización de la sociedad mediante normas aceptadas y reconocidas por todos sus miembros. En la familia se producen y reproducen valores que sostienen las creencias y las reglas de la sociedad. 

Familia de Carlos IV. Imagen de Goya,  Wikimedia commons

¿Te has preguntado desde cuándo formamos familias? Al ser seres gregarios, los seres humanos nos hemos desarrollado en familia desde tiempos inmemoriales, y en la actualidad, esta institución social sigue vigente porque se ha adaptado a los cambios sociales. Al tipo de familia tradicional compuesta por padre, madre e hijos, se le suman las familias monoparentales y homoparentales, entre otros tipos, que responden al reconocimiento de la organización actual de la sociedad.

Las instituciones sociales están impregnadas de cultura, y la cultura son los anteojos por medio de los cuales percibimos el mundo. Lo que percibimos como realidad está construido por la cultura y los valores que sostienen a la sociedad por medio de sus instituciones. Por ejemplo, la diferencia entre lo correcto y lo incorrecto, la solidaridad, la justicia, el éxito, etc. Cada sociedad puede tener diferencias en la definición de estas palabras, es decir, el significado de éxito varía entre sociedades: mientras algunas consideran que las personas exitosas son aquellas que logran tener un trabajo bien remunerado y posesiones materiales, otras pueden considerar que el formar una familia y tener hijos es símbolo del éxito.

Otra institución social que sigue vigente y que ha sido muy importante para la creación y aceptación de las reglas que moldean el comportamiento de los seres humanos es la religión. La religión surgió cuando el cerebro del homo sapiens se complejizó, comenzó a tener sueños vívidos y a pensar más allá de lo necesario para sobrevivir. La necesidad de explicar los sucesos naturales como la muerte, los relámpagos, los nacimientos, entre otros, llevó a los seres humanos a instituir deidades que intervinieron en su vida cotidiana. 

Religión collage actualizado. Imagen de Kalki, Wikimedia commons.

La religión es una institución social que ha cohesionado, y también ha dividido, a las sociedades. Los valores y las costumbres sociales han sido impulsados por las religiones y vigilados mediante premios y castigos que resultan ser las primeras leyes sociales, por ejemplo los 10 mandamientos de la religión  judeocristiana. 

En los ejemplos que hemos visto acerca de las instituciones sociales, nos damos cuenta que a pesar de los cambios en las sociedades, las instituciones tienden a adaptarse y, por ello, su importancia sigue vigente en nuestros días. 

Identidades sociales

La identidad social se puede definir como el sentido de pertenencia de un individuo a la sociedad. Adopta comportamientos y formas de pensar e influye significativamente en valores cívicos, especialmente la participación en la toma de decisiones ciudadanas” (Guanipa y Angulo, 2020, p. 1). 

En nuestra vida es muy importante el sentido de pertenencia que desarrollamos con los diferentes grupos sociales en los que convivimos: la familia, los amigos, los colegas, etc., ya que permite sentirnos seguros y comprendidos. Por ejemplo, en tu vida escolar has desarrollado una identidad estudiantil que te lleva a reflejarte en tus demás compañeros a partir de diversas características como la manera de vestir, la edad, las palabras que utilizan, los gustos musicales, el comportamiento, la manera de ver la realidad, incluso las prioridades en tu vida diaria. 

Estudiantes explican el diseño del CCH. Imagen de Rosa Ilescas Vela, Wikimedia commons

En la imagen puedes observar a los alumnos del Colegio de Ciencias y Humanidades realizando una actividad académica. A simple vista, tienen muchas características en común: los pantalones de mezclilla parecen ser los preferidos por la mayoría, el peinado, los colores de la ropa. Así, la identidad tiene la facultad de cohesionar a los grupos y colectivos sociales. 

Al mismo tiempo en que las identidades sociales otorgan sentido de pertenencia a un grupo social primario o secundario, también excluyen de otros. Estas características que hacen reflejarnos en nuestros semejantes, nos distinguen de otros grupos. Esto es parecido a cuando una pieza de un rompecabezas no encaja, lo más probable es que ese no sea su lugar. Así, cuando nos sentimos ajenos a un grupo social es porque tenemos características ajenas que no nos permiten identificarnos ni sentirnos parte del mismo. 

“Los grupos primarios son aquellas formas de asociación natural o voluntaria en la que los individuos comparten valores y conductas sin necesidad de formalizarlos. Se basan fundamentalmente en la consanguinidad, la simpatía o el afecto, aunque a veces intervienen elementos como el respeto o el temor. Así, los compañeros de clase, el grupo de amigos que se reúne a jugar boliche o dominó, la pandilla juvenil y los integrantes de una generación escolar constituyen grupos primarios […] Además de los grupos primarios, los individuos pertenecen a otros grupos secundarios dentro de esta perspectiva de análisis, cuyas relaciones están delimitadas por reglas establecidas y un ingreso formal: un sindicato, un partido político o una asociación de padres de familia entran en esta segunda clasificación” (Puga, Peschard y Castro, 2007, p. 37,39).

Una persona puede tener varias identidades sociales: ser hijo(a) (identidad familiar), estudiante (identidad estudiantil), empleado(a) (identidad laboral). La identidad en cada espacio en el cual se desenvuelve cada grupo social al que pertenecemos influye en nuestro comportamiento. Es posible que adoptemos comportamientos distintos con nuestra familia en comparación con nuestros amigos. 

Las identidades sociales nos permiten definirnos como personas en referencia a los otros miembros de la sociedad y contribuyen a la estabilidad social ya que el sentido de pertenencia nos lleva a respetar las reglas que rodean a los grupos sociales. 

Comunidades

La comunidad puede ser entendida como un conjunto de personas que comparten cultura, intereses, objetivos, identidad y emociones. Esto hace que los vínculos entre dichas personas sean cercanos y generen cohesión social. Es correcto referirse a comunidades, es decir, en plural ya que coexisten varias en un mismo territorio. La sociedad está compuesta por un conjunto de comunidades definidas, esto es, las comunidades son más pequeñas cuantitativamente en comparación con las sociedades. 

Max Weber (2004) menciona que las comunidades están inspiradas en sentimientos subjetivos como las emociones y las tradiciones, mientras que las sociedades se fundamentan en un pacto racional, es decir, nos conviene estar juntos por cuestiones de seguridad, económicas y/o políticas, por eso pactamos fundar las sociedades.  

“Entendemos que el concepto de comunidad se envuelve en una esfera ‘indefinida’ que debe ser anclada al territorio necesariamente, pero que este no define sus límites a través de una división político-administrativa, sino, a través de las peculiaridades y particularidades que comparten cada uno de los integrantes de dicha comunidad y que por estar localizados en algún lugar pueden definir un territorio específico” (Padilla, 2019, p. 1).

En las comunidades, entonces, sus integrantes comparten características que los llevan a identificarse. Por ejemplo, las comunidades indígenas en nuestro país tienen una identidad muy específica basada en el lenguaje, los símbolos y la cosmovisión. Estas comunidades están asentadas a lo largo del territorio mexicano y tienen objetivos en común. Uno de estos objetivos es el reconocimiento de sus derechos en las leyes mexicanas y el respeto a sus usos y costumbres. 

Otro ejemplo es la comunidad Lésbico, Gay, Bisexual, Transgénero e Intersexual (LGBTI+) que tiene representación en varias partes del mundo. Durante varias décadas han luchado por el reconocimiento a su orientación sexual mediante la inclusión de varias leyes que les protegen contra actos de discriminación y les permite contraer matrimonio y formar familias con respaldo legal.  

Marcha por la familia igualitaria en Aguascalientes. Imagen de  Luis Alvaz, Wikimedia commons

En la imagen podemos observar una manifestación de la comunidad LGBTI+ en la cual exigen sus derechos con respecto a contraer matrimonio. Si bien esta manifestación ocurrió en Aguascalientes, ha habido diversas manifestaciones de esta comunidad a lo largo del país, y también, a nivel mundial. 

Por lo cual, como antes se mencionó en el concepto de comunidad, las características de sus miembros así como la identidad y los objetivos pueden trascender las divisiones político-administrativas, esto es, puede haber comunidades más allá de las fronteras geográficas, como es el caso de la comunidad LGBTI+ la cual, en varias partes del mundo, ha logrado el reconocimiento de sus derechos sociales a través de la implementación de estrategias derivadas de su cohesión, unidad e identidad.  

Actividad H5P


Instrucción para el alumno: ¡Es el momento de revisar lo aprendido!