Ninguna teoría del desarrollo es suficientemente amplia para explicar todos los aspectos involucrados en la constitución del ser humano, algunas teorías le dan más importancia a los factores internos (biológicos y/o psicológicos) y otras a los externos (ambientales: físicos y sociales). Sin embargo, todos estos factores desempeñan un papel muy importante en el desarrollo de las personas y de la conducta humana, pues así como existe un desarrollo físico de tu persona, también ocurren cambios en tu forma de pensar, que se ponen de manifiesto en tu conducta, en la forma en que aprendes y en la forma en que te relacionas con los demás, lo cual influye en tu salud y en la manera con la que disfrutas de la vida.
Aunque todas las personas atravesamos por las mismas etapas de desarrollo, existen factores biológicos, sociales y psicológicos que influyen en cada uno de nosotros, dando lugar a las diferencias individuales. Estas diferencias son las que nos definen y caracterizan como sujetos únicos con ciertas cualidades intelectuales y socioafectivas.
Así como ninguna persona es físicamente igual a otra, tampoco hay dos personas que piensen exactamente igual, que sientan exactamente lo mismo o que se comporten siempre de la misma manera.
Realiza la siguiente lectura:
El niño salvaje de Aveyron
Factores biológicos
Existen diversos factores que pueden influir en el desarrollo de una persona, algunos de ellos pueden ser biológicos (como factores hereditarios, estados de salud/enfermedad, nutrición), contextos de desarrollo (como familia, estilos de crianza, ambiente en que se desarrolla, procesos de socialización), acontecimientos personales (experiencias vividas como eventos traumáticos, pérdidas, duelos), momento histórico (crisis económica, guerras, pandemias) entre otros.
Herencia y ambiente
En el estudio del desarrollo y de las diferencias individuales está presente el viejo debate naturaleza-crianza:
¿La forma en que las personas actúan y piensan es innata o está determinada por el ambiente en que se desarrollan?
Veamos un ejemplo:
Cuando un niño con exceso de energía, constantemente pelea, amenaza, grita, patea a los otros niños y no acata normas, su madre se puede preguntar: “¿Es la mala conducta del niño consecuencia de que ha heredado de su padre la tendencia a ser agresivo?, ¿O se comporta mal debido a la forma en que lo hemos criado?”.
Desde un punto de vista genético, si el padre o la madre son agresivos el niño pudo haber heredado la tendencia a ser agresivo, por lo tanto los aspectos biológicos (en este caso genéticos) determinan la conducta del niño.
Desde un punto de vista que considera los contextos de desarrollo, el estilo de crianza de este niño es demasiado permisivo y obtiene lo que desea además de mucha atención de sus padres cuando se comporta mal, por lo tanto, exhibe esa conducta porque le gusta que le presten mucha atención y obtiene lo que desea. Así, su ambiente determina su conducta.
Sin embargo, la mayoría de los psicólogos creen que ambos factores, naturaleza y crianza (herencia y medio ambiente), representan un importante papel en el desarrollo de la personalidad y el comportamiento.
En el ejemplo anterior las características del niño influyen a su vez en otras personas y afectan el ambiente en que se desenvuelven generando una influencia recíproca entre ambos tipos de factores, lo cual influye en su desarrollo.
Entre los factores biológicos que influyen en el desarrollo se encuentran: la herencia genética (genotipo), defectos congénitos, enfermedades, accidentes y estados nutricionales que pueden afectar el desarrollo de una persona, entre otros más.
Los padres heredan a sus hijos características físicas a través de los cromosomas que son los que contienen la información genética. La herencia genética se refiere a la transmisión de características de un individuo a su descendencia y es lo que hace que un hijo se parezca físicamente a sus padres; por ejemplo, el padre hereda a su hijo el color de piel y de cabello y también sus rasgos físicos, estas características observables o mensurables se denominan fenotipo.
Herencia y fenotipo. Imagen de Michael Cassidy, Pixabay
Existen características como el tipo de sangre o los rasgos físicos que no se pueden modificar porque es información que ya traemos desde antes del nacimiento, y hay otras características como la estatura y la talla que no sólo dependen de los genes, también dependen de factores adicionales por ejemplo, para alcanzar la estatura máxima determinada genéticamente, se requiere que tengas una buena alimentación y también se verá influida si practicas o no algún deporte, aunque tu complexión sea determinada por la herencia de tus padres.
Otro ejemplo de esto es la inteligencia, que tiene un factor hereditario y que puede ser enriquecida o limitada por el medio ambiente. Se manifiesta en la capacidad que tenemos para resolver un problema y es la suma de nuestras potencialidades, las cuales dependen de nuestra maduración neurológica, del contexto ambiental en el que nos desarrollamos que nos estimula o limita y de nuestro estilos cognoscitivos y afectivos.
Es importante mencionar que no se heredan solamente aspectos físicos, sino que también se puede heredar la predisposición a desarrollar algunas enfermedades a través de la información genética que los padres transmiten a sus hijos, tales como la diabetes, cáncer, hipertensión arterial y otras enfermedades cardiovasculares, las cuales no siempre se desarrollarán, sino que al igual que en el caso del peso y la talla, pueden ser influenciadas por el estilo de vida, la alimentación, el hacer ejercicio o ser sedentario, o por otros factores externos como las características del lugar donde vivimos o pasamos demasiado tiempo, por ejemplo ambientes libres de tóxicos o lugares con altos niveles de contaminación o toxicidad.
Por lo tanto, aunque tu salud física principalmente depende de ti y de tus hábitos, también se ve influenciada por la herencia genética que recibes de tus padres. Y aunque esa herencia no la puedes cambiar, sí puedes cambiar tu estilo de vida y los hábitos que tienes. Por ejemplo puedes caminar más o hacer ejercicio, dejar de fumar o de consumir algunas sustancias que te dañen a largo plazo, tomar más agua, consumir menos sal o azúcar, etcétera.
Otro de los factores biológicos que influye en el desarrollo del ser humano son los congénitos, los cuales son problemas en el desarrollo durante su gestación, que se manifiestan al momento de nacer o hasta los tres meses de nacido. Un ejemplo de defecto congénito son las malformaciones por falta de ácido fólico, el cual requiere el feto para la formación del sistema nervioso y evitar problemas de desarrollo del cerebro (anencefalia) o la espina bífida, que es cuando la columna vertebral del feto no se cierra completamente durante el primer mes de embarazo; algunos otros ejemplos son la exposición a radiación o el consumo de alcohol, drogas o algunos medicamentos que pueden causar algún tipo de anomalías durante la gestación.
De acuerdo a lo que acabas de aprender, reflexiona acerca de algunos cambios que podrías hacer en tu estilo de vida para contribuir a un sano desarrollo a mediano y largo plazo. Empieza por el más sencillo y mantenlo hasta que se vuelva un hábito saludable.
Actividad H5P
Realiza la siguiente actividad acerca de los diferentes factores que influyen en el desarrollo: