En la obra de Pablo González Casanova, “La Democracia en México”, de 1965 es el referente más inmediato para comprender el problema de la democracia mexicana, para reconocer los procesos y virtudes que esta forma de gobierno tiene en un país como el nuestro. El autor analiza si es posible considerar que México es una democracia, en qué medida lo es, si hay avances o solo problemas para resolver.
La sociedad mexicana se siente insatisfecha respecto al sistema democrático que se ha vivido hasta la segunda década del siglo XXI. Este hecho se confirma en algunos estudios e investigaciones que reprueban los indicadores democráticos del país: La creciente violencia, corrupción y la desigualdad; La falta de garantías en cuanto a la protección de algunos derechos humanos básicos; La falta de ejercicio de las libertades civiles, la igualdad de oportunidades y la participación de los ciudadanos en la elección de los gobiernos y El índice negativo en referencia a la democracia social, relacionada con el desempleo, la escolaridad, y el acceso a la salud.
En México, los gobiernos que han estado en el poder se han caracterizado por la falta de democracia electoral y la solución real a los problemas económicos y sociales que ha enfrentado el país en las últimas tres décadas. El Índice de Desarrollo Democrático de México (IDD-Méx, 2017) señala que ha habido una sensación de retroceso ante la persistencia de flagelos como la violencia, corrupción y la desigualdad.
De acuerdo a un estudio del IDD-M, 19 de los 32 estados de la República no alcanzaron un puntaje suficiente en los diversos indicadores democráticos. Entre los estados con mayor reprobación se encuentran: Guerrero, Puebla, Oaxaca, Querétaro y los mejores posicionados en cuanto a los indicadores democráticos son: Yucatán, Hidalgo, Ciudad de México, Aguascalientes y Colima.
México se coloca por debajo del promedio regional y en el conjunto de países con bajo desarrollo democrático. Cae en el ranking y se ubica en el décimo lugar. El comportamiento de las dimensiones ha sido negativo, salvo en democracia de los ciudadanos, donde ha logrado un incremento del 12% de participación. La caída más significativa ha sido en democracia de las instituciones, donde el resultado obtenido la califica con el mínimo desarrollo democrático.