Factores que favorecen o limitan el proceso de comunicación

Redundancia

Se dice que para entablar una comunicación se requieren de dos personas: para empezar una pelea se necesita de un adversario, para entablar una relación amorosa, de una pareja. Entonces, para hacer comunicación se requieren de elementos que posibiliten ese intercambio de manera efectiva; es decir, un acuerdo mutuo donde se alcancen objetivos que favorezcan la relación entre los participantes para lograr el mayor entendimiento de los mensajes que transmitimos y en los cuales interactuamos.

Las experiencias docentes en el área de comunicación nos han llevado a afirmar que “la comunicación es la esencia de la vida”; con ella logramos todo, trascendemos como personas, como ciudadanos, como estudiantes y después como profesionistas; sin embargo, la realidad nos rebasa y en muchas ocasiones, el proceso de comunicación se interrumpe, se entorpece o se limita; o bien, es tan preciso el mensaje que no requiere de más explicación y, por el contrario, se asume de manera efectiva y clara

En nuestra comunicación cotidiana se utilizan recursos que ayudan a mejorar la claridad y efectividad del proceso; por ejemplo, cuando elevamos el tono de voz ante un ambiente ruidoso, donde el receptor no escucha correctamente, o bien por interferencias ajenas a nuestro control, dificultan e imposibilitan nuestra comunicación. Por eso, aspectos como la redundancia, la fidelidad y las barreras en los procesos de comunicación, son considerados para apoyar y acrecentar las necesidades comunicativas de las personas.

En este apartado conocerás que durante el proceso de comunicación hay factores que favorecen a la comunicación como la redundancia o la fidelidad, permitiendo que el acto comunicativo sea eficaz y así el mensaje llegue claro y conciso al perceptor y éste emita una respuesta favorable.

Sin embargo, también existen otros factores que la interrumpen alterando la forma en cómo se recibe el mensaje y cómo afecta la comunicación. A este fenómeno se le conoce como barreras o ruidos. 

Nuestra cotidianidad obliga a comunicarnos permanentemente, hablamos, escribimos, conversamos, discutimos, confrontamos, razonamos o argumentamos. Comunicarnos es un proceso natural que demanda de algunos elementos que hacen más efectiva o complicada nuestra comunicación, especialmente, la interpersonal.

Ya lo dijimos, nos gusta hablar, reiterar nuestras posturas, hacer énfasis en lo que nos interesa, o bien ser repetitivo para que nos entiendan o nos escuchen y así se asegure nuestro mensaje. Por ello, ante los ruidos o perturbaciones en el proceso de comunicación, la redundancia es uno de los mecanismos para asegurar la transmisión del mensaje. Roda Salinas, especialista en algunos estudios de los fenómenos de comunicación que tienen como origen y destino la persona humana, plantea que aunque no se señala explícitamente como componente del proceso, pues en rigor no tiene una realidad material como los otros, la redundancia es otro medio para asegurar la transmisión.

Entonces habrá redundancia a cualquier nivel, siempre que se den con más probabilidad una secuencia de hechos, de elementos, de pautas de comportamiento, lo importante es garantizar la recepción del mensaje. Por ejemplo en conversaciones cuando existe alguna interrupción o distracción con nuestro interlocutor repetimos el mensaje para que nos comprendan, por ello, la redundancia debe emplearse en el momento y contexto precisos para evitar un efecto de saturación que, incluso, afecta la comunicación, por ejemplo, en un diálogo o una carta, una melodía cantada, repetimos términos de forma indiscriminada con lo que demostramos falta de recursos para el uso del lenguaje y resulta inapropiado.

La redundancia consiste en la repetición del mensaje a fin de que le llegue completo al receptor. Es necesario ser redundante cuando los datos deben ser precisos; por ejemplo, los números de una clave o de un teléfono. 

La redundancia es la repetición del mensaje.
Imagen de nuzree, Pixabay

Fidelidad

La fidelidad estriba en que el mensaje llegue a su destino sin ningún tipo de alteración, sin interrupciones y en el tiempo especificado. Tales condiciones han sido replicadas en el proceso de comunicación humana para que las y los participantes realicen las acciones necesarias para que los mensajes y el entorno sean propicios. De esta forma, y de acuerdo con los enfoques basado en la Teoría de la Información, la fidelidad en la comunicación radica en la producción de un mensaje claro y preciso por parte de un emisor y debe ser recibido y entendido por el perceptor, en un ambiente en el que se supere cualquier tipo de interferencia.

En la fidelidad no hay ningún elemento que interfiera en la comunicación y eso garantiza el éxito de que el mensaje sea entendido. La ley de la fidelidad y el ruido establece que: a menor ruido, mayor fidelidad, a menor fidelidad, mayor ruido. Algunos teóricos de la comunicación sostienen que jamás se consigue tan alta fidelidad, ya que ningún mensaje se recibe portando la misma intención que le dio el emisor. 

Es muy probable que así sea, ya que el emisor y el perceptor tienen marcos de referencia distintos, es decir, sus experiencias son diferentes. Para alcanzar la fidelidad ambos deben conocer las técnicas y habilidades de comunicación y estar interesados en lograr una comunicación eficaz. 

La fidelidad significa que el mensaje de un emisor llegue al receptor sin alteración
Imagen de Elionas, Pixabay

Barreras o ruidos 

A veces la comunicación no se concreta de forma efectiva, pues se manifiestan barreras que impiden u obstaculizan las intenciones del comunicador por hacer que su mensaje llegue al destinatario, o bien el perceptor no recibe el mensaje de forma óptima o se le dificulta entenderlo. 

El ruido o también llamado barrera, es cuando el proceso de la comunicación tiene interferencias, alteraciones o interrupciones y se ve afectada la interpretación del mensaje y, con ello, la retroalimentación, impidiendo que exista fidelidad.

Las barreras son unos factores que interrumpen la comunicación durante su proceso provocando que el mensaje no sea claro y conciso, también interfieren en el proceso de comunicación, haciendo que la comunicación no sea eficaz.

En el proceso comunicativo el ruido es considerado como cualquier tipo de perturbaciones o interferencias, naturales y del entorno que pueden afectar la comunicación. En los estudios sobre la comunicación se han propuesto modelos teóricos, por ejemplo los de Shannon y Weaver que, además de considerar los elementos básicos para el funcionamiento de los actos comunicativos, también señalan tanto las interrupciones al proceso de comunicación como los elementos que apoyan la efectividad del mismo.  

Ellos establecieron que la fuente de la interferencia son las perturbaciones que pueden ocurrir durante la transmisión de la señal y pueden provocar distorsiones o la ruptura del proceso; sin embargo, los sistemas de comunicación emplean una serie de recursos para evitar que las interferencias dañen la comunicación como

es la redundancia y la retroacción o retroalimentación, que se encargan de controlar y regular el funcionamiento del proceso. 

Un emisor debe lograr que sus mensajes signifiquen aquello que desea evitar los elementos que obstaculicen su proceso. Al respecto, en la comunicación se presentan interferencias que son parte de los mismos seres humanos y se relacionan tanto con discapacidades como con la falta de interés en el proceso; de igual forma, el perceptor necesita asumir una conducta que apoye la realización óptima de la comunicación. Wilbur Schramm señala que en la comunicación también pueden presentarse interferencias semánticas, las cuales están relacionadas con el uso del código utilizado en el acto comunicativo por el comunicador y el perceptor, de ahí la importancia de fomentar el desarrollo de las habilidades para el manejo del lenguaje. A continuación presentamos algunos aspectos que interfieren en los actos de comunicación. 

Fisiológicos. Se relacionan con las limitaciones, enfermedades o dificultades de algunas personas al comunicarse. Por ejemplo, las deficiencias del lenguaje, visuales o auditivas. 

Psicológicos. Se manifiestan en las actitudes de los participantes del proceso como consecuencia de conflictos emocionales; depresión, fobias, estrés, entre otros. 

Contextuales. Son los aspectos que prevalecen en el entorno de la comunicación, por ejemplo desconocimiento de información sobre algún tema, el nivel socioeconómico o situaciones culturales o regionales.

Semánticos y del uso del lenguaje. Se refiere al uso del código para lograr una comunicación efectiva. El desconocimiento del código, carencia de habilidades del uso del lenguaje, son aspectos que deben cuidarse para evitar la construcción errónea del mensaje o la incomprensión de la información por parte del perceptor. 

Físicos. Sonidos de algún aparato o ambiente que impide que escuchemos con claridad el mensaje. Por ejemplo, el ruido de una licuadora, aspiradora o una sirena de ambulancia.  

Los ruidos físicos están en el ambiente y son producidos, en la mayoría de las veces, por aparatos. 
Imagen de gabeincognito0, Pixabay

Ruidos técnicos. Fallas producidas en el canal de comunicación; por ejemplo las fallas en el aparato telefónico, en la televisión o radio.  

Revisa el siguiente video para repasar el tema.

Barreras o ruidos

Como vimos en el vídeo, existen varias interferencias o ruido que pueden alterar la comunicación; para mejorarla, es necesario, si está en nuestras manos, disminuir esos factores,  pero si no lo podemos hacer, tendremos que repetir el mensaje, o sea ser redundantes.  

Actividad H5P

¡Es el momento de revisar lo aprendido!