Introducción

Hablemos de su historia

El muralismo mexicano es un movimiento pictórico iniciado en la década de 1920 como parte de las políticas de modernización del Estado de mexicano tras la revolución de 1910, fue no de los primeros movimientos pictóricos de América Latina en definirse frente a una estética europea, legitimando su propia estética latinoamericana. Su propósito fue construir una identidad nacional para representar a los sectores de la sociedad mexicana mostrando las desigualdades sociales de la época, especialmente educativas y culturales.

En 1921 José Vasconcelos, fue nombrado secretario de Educación Pública, encontrando que el 90% de la población no sabía leer ni escribir, con ayuda de Gerardo Murillo (Dr. Atl), integraron a los pintores mexicanos para realizar un gran proyecto de muralismo mexicano que inició con el edificio de la Escuela Nacional Preparatoria, hoy antiguo Colegio de San Ildefonso.

En 1922, durante la inauguración del mural de Diego Rivera titulado La Creación, Antonio Caso declaró el nacimiento de la Escuela Pictórica de México. Dicho mural se ubica en el anfiteatro Simón Bolívar del Antiguo Colegio de San Ildefonso, considerado desde entonces cuna del muralismo; así, los edificios públicos y privados de todo el país mostraban temas históricos, sociales como la vida de obreros y campesinos.

El mural La creación, se encuentra al interior del Anfiteatro Simón Bolívar en el Antiguo Colegio de San Ildefonso, en la entonces Escuela Nacional Preparatoria de la Universidad Nacional de México, en el Centro Histórico de Ciudad de México.

Te invitamos a revisar el siguiente video para conocer más sobre el Muralismo Mexicano.

Créditos: UNAM Global TV

Temas que plasman los muralistas

Influidos por el marxismo, los artistas orientaban su obra hacia la lucha de clases y aunque los mensajes plasmados en sus trabajos son radicales, permanecieron con firmeza en la izquierda y la justicia social, particularmente con Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros, quienes eran comunistas.   

Todos querían una nueva identidad nacional y buscaban consolidar los ideales sociales creados en la revolución y por medio de su arte destacaron el nacionalismo cambiando las ideas preexistentes contra los indígenas.

Diferentes pasajes de la historia mexicana pasarían a formar parte del repertorio temático  como la conquista, la independencia o la revolución. En ese momento histórico las ideologías de izquierda como el socialismo y el marxismo estaban en auge entre los artistas como una alternativa a la desigualdad social imperante, razón por la cual la lucha de clases, la libertad, la opresión, la vida de los campesinos, la clase obrera y los líderes políticos llenaron los muros de edificios públicos.

Pasado prehispánico

Los muralistas mexicanos expresaron orgullosamente su pasado indígena, abocaron a representar la historia y mitología de las culturas prehispánicas y de esa manera les dieron una imagen y una voz a los herederos del pasado indígena a través de las artes. En esta temática se incluían mitos, símbolos, costumbres, relatos históricos. Sin embargo, lo indígena no se representó desde la fundación del movimiento, sino que fue un hallazgo progresivo.

El mercado de Tlatelolco.
Pintado por Diego Rivera, ubicado en Palacio Nacional, Ciudad de México.
Imagen de Wolfgang Sauber. Wikimedia Commons.

Progreso, ciencia, tecnología y conocimiento

Tras el rezago educativo que se vivía en México el movimiento muralista aportó imágenes que plasman el conocimiento, la ciencia y la tecnología, incluidos los avances en la industria. Para 1920 gran parte de la población vivía en la pobreza y la marginación, alejados de los centros urbanos, por lo que el desconocimiento en científicas dominaba en gran parte del país.

Observa  el mural La edad de la máquina de Fernando Leal ubicado en el Museo del Ferrocarril en San Luis Potosí, da click en la imagen para activar el zoom.

Diego Rivera

Muchos fueron los pintores que encontraron cobijo bajo el movimiento muralista, los más renombrados fueron Juan O’Gorman,  Rufino Tamayo, los “Tres Grandes” muralistas fueron José Clemente Orozco, Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros.

Diego Rivera, nació el 8 de diciembre de 1886 en la ciudad de Guanajuato, su vida artística inicia formalmente en 1896 año en el que ingresa a la Academia de San Carlos, es ahí donde conoce al paisajista José María Velasco, tiempo después recibe una beca de parte del Secretario de Educación Justo Sierra. Esto le permitió realizar estudios en Europa donde tuvo la oportunidad de relacionarse con intelectuales como Pablo Picasso y Paul Cézanne.

Diego Rivera (1886-1957)
Imagen de autor desconocido. Wikimedia Commons

Rivera siguió diversas corrientes de la pintura en su obra, se puede distinguir la técnica mural prehispánica, la pintura renacentista y el cubismo, también tomó rasgos del arte religioso.

Sus pinturas muestran un alto contenido social y político, así como un gran eclecticismo. Rivera se convirtió en el inventor de lo clásico indígena, como resultado, promovió la representación del mundo indígena de manera idealizante. También se puede encontrar plasmada en múltiples murales su ideología revolucionaria y marxista.

Gloriosa Victoria
Mural transportable de Diego Rivera
Imagen de Tortuga Halo. Wikimedia Commons

David Alfaro Siqueiros

David Alfaro Siqueiros nació en Chihuahua en el año de 1896. Inició sus estudios de pintura en la Academia de San Carlos de continuarlos en la Escuela de Pintura al Aire Libre, pero fue expulsado en ambos casos por participar en revueltas estudiantiles. Ese radicalismo lo acompañó en una militancia política que lo llevó a estar varias veces en prisión. Durante la Guerra Civil Española luchó por el bando republicano lo que le valió el apodo de “El Coronelazo”. La carrera artística de Siqueiros fue interrumpida por la política, sin embargo, el propio Siqueiros creía que las dos estaban estrechamente ligadas.

En 1952 participa en el proyecto para realizar murales en la Universidad Nacional Autónoma de México, originalmente dicho proyecto estaría compuesto por tres escultomurales, de los cuales solo se terminó uno: El pueblo a la Universidad y la Universidad al pueblo. Por una cultura nacional neohumanista de profundidad universal, tal como lo tituló Siqueiros.

La obra de Siqueiros se caracteriza por saturar el espacio con muchos elementos, el uso de cuerpos humanos apretados y superpuestos, así como de fondos llenos de colores y de trazos.

José Clemente Orozco

José Clemente Orozco fue un pintor jalisciense nacido en 1883 que desde niño se acercó a las artes plásticas con los grabados de José Guadalupe Posada. Su obra se caracteriza por el uso de dibujos que tienden a la monumentalidad y al gigantismo, con gran dominio de los juegos ópticos, resaltó la geometrización en sus figuras y utilizó grandes diagonales en las composiciones grupales, tomó del Barroco el uso del claroscuro para dar dramatismo haciendo uso de colores disimulados con tonalidades grises y negras. Influenciado por el Expresionismo su estilo se fundamenta en esta corriente pictórica. Rechazó los modelos occidentales de vanguardia, retratando la estética indígena en temas como la historia de México y la historia precolombina.

José Clemente Orozco (1883-1949)
Muralista mexicano.
Imagen de Procasino. Wikimedia Commons

Mujeres muralistas

Este movimiento pictórico que cambió de manera esencial el arte público en México también contó con la participación de mujeres mexicanas y extranjeras, aunque poco se ha hablado de ello debido a la identidad marcada por la influencia e impacto del trabajo de los considerados “Tres Grandes del muralismo”. Aurora Reyes es considerada la primera mujer muralista de nuestro país, ella pintó Ataque a la maestra rural en el Centro Cultural Revolución en la Ciudad de México y forma parte del mural Atentado a las maestras rurales pintado en 1936.

Ataque a la maestra rural.
Mural que Aurora Reyes pintó en el Centro Cultural Revolución en la Ciudad de México
Imagen de Eduardo Ruiz Mondragon. Wikimedia Commons

No son pocas las mujeres muralistas, entre ellas cabe mencionar a las hermanas Grace y Marion Greenwood dejaron su impronta en el mercado Abelardo Rodríguez de la Ciudad de México y en el Colegio de San Nicolás en Michoacán. Lucienne Bloch, Maris Bustamante, Lilia Carrillo, Eleanor Coen, Olga costa, Elvira Gascón, María Izquierdo, Nadin Prado, Fanny Rabel, Regina Raull, Valetta Swann, Sylvia Prado, Ione Robinson y Ryah Ludins, son dignas representantes del movimiento muralista.

También destacan Rina Lazo quien fue asistente de Diego Rivera y con quien trabajó en el icónico mural Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central. Electa Arenal, que asistió a  David Alfaro Siqueiros en la realización del mural del Polyforum Cultural Siqueiros. Elena Huerta, artista autora del mural más grande hecho por una mujer en México, se trata de un trabajo de 450 metros cuadrados ubicado en Saltillo, Coahuila.

Revolución cubana.
Mural de Electa Arenal, ubicado en el Museo la Periquera, Ciudad Holguín, Cuba.
Imagen de Gatobo. Wikimedia Commons

Actividad H5P

¡Es el momento de revisar lo aprendido!