Secuencias narrativas: elementos integrantes de la estructura del hecho narrado

Para introducir el análisis de los elementos que integran la estructura del hecho narrado, retomaremos el tema de secuencias básicas que trabajaste en tus clases de TLRIID I y TLRIID II. A continuación te explicamos brevemente cada de ellas.

Situación inicial. Es la parte del relato en la que se presentan a los personajes, tiempo y espacio en los que se desenvuelve la narración. En ocasiones desde aquí se comienza a plantear el conflicto.

Ruptura del equilibrio. Es el momento del relato en la que lo cotidiano o lo normal se transforma, es el origen del conflicto que se va a desarrollar a lo largo del relato.

Desarrollo. Es la parte del relato en que el conflicto se desenvuelve, las acciones se complican hasta alcanzar un punto máximo de tensión también llamado “clímax” o “nudo”, una vez que se llega ahí, las acciones se comienzan a relajar.

Desenlace. Consiste en la disminución de la tensión de las acciones planteadas en el desarrollo, en esta parte se regresa al equilibrio planteado en la situación inicial.

Todos las narraciones tienen esa estructura, en los cuentos, sin embargo, debido a su brevedad, es más fácil de identificarlas que en las novelas, que son más extensas.

Para que queden más claras las secuencias te pedimos que leas el cuento “La jaula de tía Enedina” de Adela Fernández y, posteriormente, revises la tabla qué está más abajo para que lo veas de un modo más estructurado. Ten en cuenta este relato, pues servirá de ejemplo para los otros elementos que integran la estructura del hecho narrado.

Elementos integrantes de la estructura del hecho narrado

Narrador

Ahora que has recordado las secuencias básicas del relato es el momento de revisar otros aspectos que integran la estructura de la narración literaria.

Para empezar definiremos el concepto de “narrador”. Según Benjamín Barajas (2006), el narrador es la entidad ficticia “que enuncia o produce el relato. De algún modo, es el depositario de la voz del autor, pero nunca se debe confundir con él”, dicho de otro modo, es la figura que nos cuenta las acciones realizadas en una historia.

El narrador, sin embargo, varía de cuento en cuento, pues no es lo mismo si éste está dentro de la historia o si está afuera; tampoco es lo mismo si es protagonista o un personaje en el relato; además, a veces el narrador sabe todo lo que ocurre, pero a veces sólo conoce su versión de los hechos. Por tal motivo, la figura del narrador se ha clasificado en varios subtipos, a continuación te explicamos cada uno de ellos.

Esta clasificación corresponde al lugar en el cual se sitúa el narrador para contarnos la historia. Genette propone cinco tipos:

  • Extradiegético o heterodiegético, si no participa en los hechos relatados, es decir, si está fuera de la historia.
  • Intradiegético, si permanece dentro de la historia sin desempeñar otro papel que el de narrador.
  • Homodiegético si, a la vez que narra, participa en los hechos como personaje.
  • Autodiegético si es el protagonista y narra su propia historia.
  • Metadiegético si narra, en su calidad de personaje de la historia en primer grado, otra historia o narración en segundo grado.

Focalización

La focalización es la perspectiva que adopta el narrador para contar la historia, es decir, aunque esté dentro de ella, puede narrar desde diversos puntos de vista, algo así como el ángulo que tiene una cámara en una película. A continuación te explicamos cada una de las focalizaciones que un narrador puede adoptar.

  1. Focalización cero. Corresponde al narrador omnisciente que conoce la vida interna y externa del personaje.
  2. Focalización fija. El narrador observa los hechos a través de un solo personaje.
  3. Focalización variable. El narrador ve los hechos a través de diversos personajes, cambia la mirada según sea el caso.
  4. Focalización múltiple. El narrador ve a través de los personajes, quienes exponen sus opiniones sobre un mismo conflicto.
  5. Focalización externa. El narrador no ve a través de ningún personaje, sino que deja que ellos hablen.

Orden y velocidad en el relato

No siempre vamos a encontrar historias que están narradas desde su origen hasta su desenlace, a veces empiezan desde el final o a la mitad, por tal motivo te presentamos la clasificación del orden de la historia:

  • Ab ovo. Significa “desde el huevo”, es decir, “desde el inicio”. Corresponde a las historias narradas en orden cronológico desde su origen hasta el final.
  • In media res. Significa “a la mitad del asunto”, en este caso, el narrador comienza a contar la historia desde un punto que no es el inicio de ella ni el final.
  • In extrema res. Significa “al extremo del asunto” y corresponde a la historia que es narrada desde el final de los hechos, regresa al principio y luego avanza hasta llegar, nuevamente, al final.

Finalmente, en las narraciones literarias no siempre encontramos todos los detalles de todos las acciones que ocurren, sería bastante tedioso leer algo así, por esa razón, el narrador decide qué sí nos narra, qué omite, qué partes se salta, cuándo especificar algo ocurrido en el pasado del relato, etcétera. Todos estos elementos alteran la velocidad con la que conocemos los hechos narrados, a veces se aceleran, a veces se ralentizan, a veces se detienen, sin embargo, no en todos los cuentos podemos encontrar todos los elementos, por lo tanto, te presentamos en una tabla aquellos que sí están presente en “La jaula de tía Enedina”.

Lee el cuento “Yambalalón y sus siete perros” de Juan Villoro.

¡Es el momento de revisar lo aprendido! Después de haber leído y analizado el cuento “Yambalalón y sus siete perros”, identifica los elementos de orden y velocidad en el relato y completa la siguiente actividad.