Las capitales islámicas.  No solo el occidente de Europa fue el centro del desarrollo de las ciudades. La cultura islámica también tuvo una influencia muy importante en este desarrollo. En el mundo islámico se considera que el hombre no es ni el centro de la creación ni la medida perfecta a la que deben adecuarse a diversas situaciones, de ahí la prohibición de reproducir imágenes de Alá y de los hombres y que no se aprecien en su arquitectura. En cuanto a materiales de construcción, destacaron el ladrillo y la mampostería para decorar se utilizaron elementos decorativos de yeso y la escayola. 

En las construcciones islámicas se destacan formas como el cuadrado para organizar el espacio y la esfera para las cúpulas. También se emplean la columna y el pilar, de herencia romana los cuales sostenían techos de madera, además, el arco de herradura fue muy utilizado, acompañado de una combinación de colores. En la decoración de los edificios, predominaron los arabescos, lacerías, celosías  y la epigráfica con versículos del Corán repetidos.

Cúpula de la Roca, Jerusalén de Edgardo W. Olivera 
Imagen de Geagea, Wikimedia Commons

Lee con atención la siguiente cita:

 “Las ciudades islámicas carecieron de cualquier tipo de organización (…). Estos centros urbanos, de estructura caótica, de casas sin ningún tipo de ordenación, las calles llenas de vida, varían de anchura y de dirección, se extienden saliendo de otras principales para terminar en callejones. (…) las estructuras son laberínticas, imposible de descifrar incluso, con un plano, de modo que se desarrollan como asentamientos compactos de campesinos, sin ninguna clase media organizada y sin ninguna idea de planificación autorizada.”

 Dickinson Roberte: The western European City. Londres, 1951. pp. 273.

La cita anterior nos deja claridad al expresar que las ciudades musulmanas tuvieron un trazado caótico; destacaron los zocos (mercados al aire libre), caravasares (edificios para el descanso de los miembros de las caravanas), baños y palacios, como de La Alhambra y el Generalife en Granada o Medina Azahara en Córdoba, de madrassas (escuelas), construcciones funerarias y mezquitas, lugar de oración y de reunión de la comunidad para la plegaria del viernes. Aun así la estética que se reflejaba a través de su arquitectura fue impresionante, como puede apreciarse en la siguiente imagen donde puedes apreciar parte de la Fachada de la Cúpula de la Roca en Jerusalén.

Fachada de la Cúpula de la Roca, Jerusalén. 
Imagen de Benjamín Núñez González, Wikimedia Commons

La mezquita se caracteriza por contar con una zona abierta, en la cual se aprecia un patio rectangular o cuadrangular con pórticos y la fuente para las abluciones, también cuenta con una zona cubierta (sala de oración) cuadrada. En el centro está el mihrab. Otros lugares que destacan son: la gran mezquita de Damasco, la madrassa del sultán Hassan de El Cairo y la mezquita de Ahmed I en Estambul.

Vista de Damasco desde el lado este del patio de la Mezquita Omeya. 
Imagen de Dosseman, Wikimedia Commons

Actividad H5P

Instrucción para el alumno: ¡Es el momento de revisar lo aprendido!